¿Los secretos de las plantas aplicados al control de plagas?

Todos los seres vivos tenemos diferentes formas de percibir el entorno, desarrollando ciertas habilidades sensoriales según nuestra evolución. Por ejemplo, los artrópodos como los pulgones han desarrollado un olfato agudo que les permite encontrar la planta de la cual se alimentan. Los ratones, por otro lado, han desarrollado tanto el olfato como la vista; el primero les ayuda a encontrar alimento y el segundo a detectar posibles depredadores para poder escapar.

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El caso de las plantas es diferente al de los animales como los pulgones, ratones y los seres humanos. Al no poder moverse de un lugar, las plantas necesitan desarrollar otros sentidos y percepciones extrasensoriales, muchas de las cuales aún no han sido completamente comprendidas y estudiadas. El efecto Backster ha contribuido a entender mejor algunos de estos sentidos en las plantas.

El efecto Backster fue descubierto por Cleve Backster, un agente de la CIA que trabajaba con un detector de mentiras. Un día, Cleve, aburrido, decidió colocar los electrodos del aparato a una planta y observó que el dispositivo generaba una lectura cuando él intentaba dañar la planta. A partir de esta observación, surgieron varias investigaciones que sugirieron que, además de los compuestos fenólicos, las comunicaciones por medio de micorrizas, hormonas y otras señales químicas, las plantas tienen una percepción extrasensorial mucho más aguda que la de los humanos. Se ha llegado a afirmar que una planta puede identificar quién la ha dañado en un grupo de personas y, en un caso, incluso identificar al asesino de la persona que la cuidaba o el asesino de otra planta.

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Las investigaciones de Cleve Backster fueron documentadas en un capítulo del libro «La vida secreta de las plantas», escrito por Peter Tompkins y Christopher Bird. En este libro, hay otros capítulos de investigadores que no solo corroboraron los estudios de Backster, sino que también descubrieron otros aspectos fascinantes sobre las plantas. En psicología, se habla del «espejo», es decir, la idea de que la vida es un reflejo de nuestros pensamientos. En bioneuroemoción, se sostiene que si un niño está enfermo, los padres son los que realmente están enfermos, ya que el inconsciente del niño somatiza el inconsciente de la madre hasta los siete años. Parece que podría existir un mecanismo similar en las plantas; es decir, las plantas podrían fusionarse con el inconsciente de la persona que las cuida. Por lo tanto, una enfermedad no expresada por la persona podría manifestarse en la planta. Esto es solo una hipótesis que esperamos algún día pueda ser comprobada científicamente. Si es cierta, el efecto Backster no solo indicaría que las plantas tienen una percepción extrasensorial mucho más desarrollada que la de los humanos, sino que también el estado de salud del cuidador podría influir en el estado o equilibrio nutricional de la planta, similar a la relación entre madre e hijo, descubriendo así otro factor de susceptibilidad a desarrollar una plaga en una planta.

Muchas de estas investigaciones continúan, aunque la financiación ha disminuido debido a que hoy en día muchos investigadores se especializan en el cambio climático. No obstante, los congresos de neurofisiología vegetal siguen siendo un foro importante para continuar las investigaciones relacionadas con los hallazgos descritos en «La vida secreta de las plantas».

A continuación, compartimos un video que complementa las investigaciones realizadas por Cleve Backster.

 

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